Interesante artículo reciente sobre el todavía ambiguo tema del TDAH (Trastorno por Déficit de Atención Hiperactividad) donde el equipo de Neival, Centro de Neurointegración (España); Carlos Alós (psicólogo) y Coral Ruiz Viedma (Optometrista comportamental), dan otro punto de vista sobre el TDAH, con base totalmente científica, para contrastar con las informaciones y mensajes que se están dando actualmente en las escuelas y en los medios de comunicación.
En Catalunya, unos 20.000 niños diagnosticados de TDAH acuden cada día a la escuela medicados con psicoestimulantes, lo que representa casi un 3% de los alumnos de primaria y secundaria, y la cifra va en aumento a un ritmo considerable. Resulta paradójico que, en el momento actual, en que se cuestiona abiertamente el modelo biologista de la enfermedad mental (De Vicente A. et al., 2012), y se constata que los medicamentos psiquiátricos tienen una utilidad más que discutible, su consumo aumente de forma alarmante, incluso en la edad infantil.
El término TDAH ha pasado al vocabulario escolar cotidiano, y todo niño rebelde, con malas notas, despistado, tiene altas probabilidades de acabar tomando una pastilla antes de ir a la escuela.
Las otras verdades del TDAH
Coral Ruiz Viedma - Optometrista comportamental
"Me ha dicho que mi hijo tiene TDAH, y que si no toma la pastilla todo lo que haga será perder el tiempo. También me ha dicho que es genético, y que si él tiene TDAH, mi marido seguro que también lo tiene. Dar pastillas al niño, la verdad, me asusta, pero me ha asegurado que no da problemas y si hubiera alguno, se retira el tratamiento y ya está."
Mensajes como este, son los que transmiten los padres tras la visita al médico que ha diagnosticado TDAH a su hijo. Es tan común, que entre padres y educadores ya no se duda de estos argumentos y se aceptan como válidos,
sin más. Por fin se sabe por qué el niño va mal en la escuela, y además hay solución.
En un reciente programa radiofónico en el que se abordaba el TDAH
(Catalunya Radio, 2012), el Dr. Paulino Castells manifestaba que en su opinión el TDAH se sobremedicaba. Un contertulio, padre de una niña con TDAH, rebatió la opinión del Dr. Castells indicando que en un reciente congreso en el que habían participado sesenta especialistas, se había llegado a la conclusión de que tan sólo se medicaban el 10% de los niños con TDAH. Si eso fuera así, resultaría que en Catalunya, la cifra de niños con TDAH, sería nada menos que de 200.000 alumnos. ¡Uno de cada tres!
¿Tan mal lo está haciendo la madre naturaleza, que millones de niños en todo el mundo necesitan tomar pastillas diariamente para poder prestar atención? ¿Qué está ocurriendo? ¿Es una epidemia o se trata de un gran negocio? ¿Sale más barato medicar que afrontar los cambios necesarios en el desfasado sistema escolar?.
Es posible que algún niño precise tratamiento farmacológico, y en esos casos, bienvenido sea, pero la medicación masiva de los escolares, no parece de sentido común. Conviene reflexionar, preguntarnos qué hacemos mal y corregirlo en su origen. Citando al Dr. Sroufe:
Los especialistas nos dicen que el TDAH es uno de los síndromes mejor estudiados y que no hay dudas sobre sus causas ni de la eficacia del tratamiento farmacológico. Pero cuando valoramos con objetividad los datos en los que se apoyan estas afirmaciones, comprobamos que sobre el TDAH no hay verdades indiscutibles, por lo menos en el estado actual de conocimientos.
Vamos a comentar a continuación algunos datos e investigaciones que plantean serios interrogantes en cuanto al diagnóstico, etiología y tratamiento médico del TDAH en la actualidad.
El diagnóstico del TDAH
No existe ninguna condición bioquímica, estructural o genética que determine de forma inequívoca la existencia de TDAH.
Por tanto, no es posible diagnosticarlo mediante una prueba de laboratorio. El diagnóstico continúa siendo clínico, es decir, basado en la pericia profesional del médico, y se determina por la observación y la información facilitada por padres y maestros, a través de unos cuestionarios.
Eso resulta altamente subjetivo e induce a resultados dispares. Las cifras de prevalencia (% de la población afectada) varían ostensiblemente de un país a otro, desde porcentajes inferiores al 1% hasta más del 20%. Aunque existe un cierto consenso internacional sobre cómo diagnosticar TDAH, vertebrado en el DSM-IV y el CIM-10, resulta evidente que la interpretación de estos protocolos no es homogénea.
Algunos psiquiatras rechazan incluso que el TDAH exista como entidad nosológica, y acusan abiertamente a las farmacéuticas de haber inventado una enfermedad nueva para poder vender medicamentos, lo que en inglés se conoce como "disease mongering". (Breggin, 1999) Tienen argumentos para pensar así: en los últimos años, algunos de los principales laboratorios han tenido que pagar multas de miles de millones de euros por este tipo de prácticas. (Perez Olliva, 2012)1.
1 Algunos ejemplos de recientes sanciones por promoción fraudulenta de medicamentos: GlaxoSmithKline: 2400 millones de euros, Abbott: 1225 millones, Pfizer 1800.
"la ilusión de que los problemas de conducta de los niños pueden curarse con fármacos nos evita que, como sociedad, tratemos de buscar las soluciones más complejas, que serían necesarias. Los fármacos sacan a todos –políticos, científicos, maestros, padres– del apuro. A todos, excepto a los niños." (Sroufe, 2012)
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